En el mundo del arte hay personas que tienen algo especial,
una especie de capacidad que hace que vean cosas donde los demás no las vemos,
que sientan y atrapen momentos que a cualquier otro nos pasarían inadvertidos y
que además parezca algo tan natural como respirar.
Dentro de este tipo de gente están los que se enorgullecen
de ello y lo explotan, aprovechando esta misma capacidad para hacerlo de la
manera más bella y están los que hacen uso de la misma de manera casi infantil,
como si lo que pasara a su alrededor, más allá de su pensamiento, no fuera con
ellos, como ese niño que va por la calle chutando una pelota, imaginándose que
es Oliver Atom regateando transeúntes y metiendo goles en porterías
imaginarias, ajeno a la realidad del resto de gente, viviendo su propia imagen
particular de lo que ve.
Esa especie de inocencia, muchas veces inadecuada para el
mundo actual, me parece de las cosas más atrayentes y bonitas de la gente que
se dedica a este mundo que tanto nos gusta.
Seguro que cada uno de vosotros conoce a alguna de estas
personas, yo hace ya muchos años que coincidí con Marta Martínez Corada
(artista polifacética centrada desde hace algunos años ya en la fotografía y la
ilustración) y he vivido muchos momentos como los descritos, momentos en los
que, mientras hablábamos de alguna tontería como si nada, daba brochazos a un
lienzo en el que aparecía de repente un rostro cargado de expresión, o sacaba
fotos desde el balcón de casa como si estuviera pasando el rato para después acabar
desarrollando todo un proyecto complejo y fantástico, y todo eso hecho como si
no tuviera la más mínima importancia, con la ingenuidad del que pedalea en una bici
sin darle valor alguno, olvidándose de lo que le costó en su día mantener el
equilibrio sobre ella, haciéndolo por el simple hecho de que es lo que le gusta
y sabe hacer.
Aprendí mucho de ella, sobre fotografía, sobre pintura y
maquetación, y también aprendí a ver el mundo de otra manera, sin su facilidad,
eso sí, pero sí con la curiosidad de aquel que entiende que cada momento es
diferente al anterior y al inmediatamente posterior.
Por todo esto y por la admiración que siento hacia su
trabajo hace tiempo que quería dedicarle un artículo en este blog, donde seguro
que más gente entiende a lo que me refiero y donde seguro que alguno, más
curtido que yo en estos ámbitos, agradece descubrir la obra de Marta…porque
detrás de una foto, hay todo un mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario