viernes, 22 de abril de 2011

Desencuentros urbanos I

· Pablo · Valencia ·

Es difícil, especialmente si se juega en las coordenadas de nuestra profesión (o incluso que las que caen más hacia el extrarradio) mantenerse ajeno al que, tristemente, con el tiempo se ha convertido en el conflicto de remodelación urbanística más polémico de Valencia. Una ampliación que no sólo ha traspasado con holgura las fronteras de la comunidad, sino que ha tenido también repercusión en medios extranjeros. Ahí está el artículo de The Guardian (uk) alentando la visita y disfrute del barrio antes de su degradación absoluta, o las propuestas de activación y recuperación nacidas de la experiencia en distritos como Ottensen, en Hamburgo, o Mukokima, en Tokio.



La situación actual, aparentemente trabada y en punto muerto (digo aparentemente, porque la expropiación, casi invisible, sigue adelante a través de sociedades públicas, y también el goteo de sentencias avalando derribos fuera de la zona protegida) hace de este, un buen momento para exponer el tema, que también en Arkitiriteros, como peña comprometida que somos (hay que ver cuán degradado ha quedado el término) tomemos conciencia de la situación insostenible que se vive, y de abogar por soluciones despolitizadas que actúen de una forma humana y lógica, que es precisamente, lo que apenas se ha podido hacer por el momento.

A grosso modo, lo acontecido hasta ahora, ha sido producto casi en su totalidad de una lucha de poder que ha tenido por víctima al barrio, como si de un hijo maltratado por la custodia de unos padres irresponsables se tratara. Se cuentan por docenas las sentencias judiciales en contra y a favor del objetivo (y causa personal) del gobierno valenciano, la ampliación de la Avenida Blasco Ibañez hasta zona de playa, división y derribo mediante, del mapa urbano del barrio histórico del Cabanyal. Atrás quedan anécdotas como aquel callejeros que mostraba la peor cara del barrio, vendiendo una imagen de área desmilitarizada, o argumentos como el trillado, "es cuestión de abrir Valencia al mar", tomando como premisa principal, la aparente intención original de que Blasco Ibañez efectivamente llegara a la Malvarrosa. Bien, el urbanismo y la arquitectura no son sistemas axiomáticos, y mal plan si se argumenta con verdades absolutas.

No puedo dejar de pensar, ante la actuación y extrema falta de delicadeza de las intenciones del ayuntamiento en este tema, en aquella frase tan ilustrada que decía "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Y en este caso, teniendo serias dudas ante la primera parte de la frase. 

Para no perdernos, voy a exponer unos puntos lo más objetivamente posible.


  • El Cabanyal es un barrio de gran riqueza, singular y rico, un diamante en bruto salpicado de reminiscencias de art-nouveau, y sabor a poblado marítimo.



  • El Cabanyal se encuentra actualmente, en un muy preocupante estado de guetización, degradación, abandono y bloqueo, tanto de licencias de obras menores, como de mayores para rehabilitación o activación comercial.



  • El mapa urbano del Cabanyal no supone una barrera cara a la comunicación de Valencia (ciudad fluvial) con el mar. La av/ del Puerto, Naranjos y Baleares solventan cualquier congestión.



  • Más allá de la triste politización a la que se ha visto sometida la zona (a río revuelto...) existen otras vías de actuación como la que han emprendido la agrupación de Hosteleros Valencianos.



  • Si bien dicha ampliación podría ser un revulsivo para la activación de la zona, la identidad se vería seriamente comprometida, una conclusión que haya consenso en las voces de la UPV, el colegio de Arquitectos o la escuela Superior de Diseño.

A continuación, una muestra de propuestas de LaPepri, y un pequeño esquema, para que nos entendamos. En rojo los principales derribos, en naranja, las actuaciones secundarias. En azul, lo que llamamos el Cabanyal, que aglutina gran parte de la zona protegida.








Propongo, y esto es especialmente interesante para aquellos Arkitiriteros más alejados del Turia, por ausencia de condicionantes directos, suscitar la reflexión ante un problema que lleva, poco a poco, a la destrucción de un barrio con historia (y un factible gran futuro, su potencial turístico queda fuera de toda duda), a causa de intereses e inacción. La arquitectura es un campo abonado para el ejercicio de la democracia directa. Mientras, en la próxima entrada, una muestra fotográfica personal, y una dosis más alta de subjetividad.

1 comentario:

  1. Jajajja...me gustan las fotos con esos personajes...me gustan!!!... Qué pena lo del Cabanyal. La última vez que visité Valencia, Salva, nuestro Salva, con Marco, otro amigo, me llevó de paseo por allá... ¿¿Os acordais??, me quedé alucinada con las fachadas de aquellos edificios... ¡acabados con baldosas de colorines! es una verdadera lástima que la gente aún sabiendo el potencial que tienen algunas zonas...no vea más allá, o mejor dicho, vea DEMASIADO allá.
    En fin Pablo, bonito homenaje al barrio.

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